La carrera de Publicidad rinde homenaje a todos los profesionales, empíricos y personas que disfrutan de la fotografía y además han constituido el testimonio visual y narrativo de la sociedad y cultura.
Presentamos una breve nota desarrollado por los docentes de fotografía artística y publicitaria en la Universidad Técnica del Norte correspondiente a la licenciatura de Publicidad:
Msc. David Ortiz
Msc Gandhy Godoy
La fotografía ha experimentado un “redescubrimiento” en la actualidad, marcando un momento crucial que influye en diversos aspectos de la humanidad, incluyendo la publicidad.
La funcionalidad, la representación de la realidad, la transversalidad y la documentalidad son resultado de la dinámica social y cultural, definiendo los procesos culturales actuales. La reescritura de la historia humana se debe al nuevo significado atribuido a la imagen a través de la fotografía y a su capacidad para capturar continuamente la realidad contemporánea. Esta dialéctica de la imagen no es novedosa; desde la invención del cuarto oscuro y la fijación química de fotosensibles con haluros de plata en el siglo XIX, la “fotografía” generó polémica y tuvo un impacto significativo como medio artístico.
Hoy, la versión digital de la fotografía y otras formas no convencionales también suscitan intriga, similar a la controversia del pasado en torno a la fotografía como medio artístico.
El discurso generado por cada fotografía puede encapsular varios estados o momentos “significativos”, siendo este el primer componente inherente al arte. Discutir los elementos en torno a su contenido, ese imaginario que nos vincula con recuerdos, corresponde a la dinámica de la fotografía funcional, es decir, el papel de transmitir algún tipo de información. Incluso si la técnica de documentación busca un “significado” expresado artísticamente o un discurso premeditado, la imagen adquiere esencia antropológica o sociológica, marcando el tercer estado: “la significación”.
En la actualidad, el método de investigación fotográfica puede suscitar debates simplistas en torno a la manipulación de una cámara digital y la toma de fotografías a discreción, como una decisión individual. El fenómeno del “selfie” o autorretrato digital contribuye a esta discusión, especialmente en términos estéticos y manipulación digital. No obstante, este es solo un punto de partida, ya que existen diversos mundos visuales y discursos inherentes a la imagen contemporánea, como el realismo mágico, hiperrealismo fotográfico, surrealismo andino, todos los cuales exploran la creatividad, la ficción y profundizan en la investigación. Áreas como la imagen turística, etnofotografía, fotoreportaje, periodismo gráfico y diseño de la información representan procesos de construcción y comunicación del imaginario visual válidos y significativos en la representación fotográfica para la sociedad.
Considerando las posibilidades desde y hacia el método proyectual, éstas serían infinitas.
El desarrollo de procesos metodológicos de investigación se considera fundamental en el ámbito del ejercicio fotográfico. Aunque poseer el conocimiento técnico y el equipo tecnológico adecuado es esencial, no garantiza por sí solo el registro profesional de una imagen. La efectividad de una fotografía va más allá de la mera técnica; implica la existencia de un concepto claro, una narrativa trascendente y cualidades pictóricas impactantes. Estos elementos permiten transportar al espectador de la imagen al lugar, momento o situación capturada por el fotógrafo, congelando la historia para ser expresada y compartida de manera significativa.
La conexión entre el método científico de investigación y las teorías inherentes a la disciplina de la fotografía no solo posibilita la identificación de los lugares, situaciones y personas que merecen ser capturados, sino también la justificación de la trascendencia de la narrativa expresada en la fotografía. Además, permite la planificación de técnicas adecuadas para recopilar información y plasmarla en la imagen. Más allá de esto, la relación entre investigación y fotografía posibilita la traducción de la investigación sobre la ciudad a un lenguaje distinto, un lenguaje donde la imagen se convierte en el código fundamental en este sistema de comunicación visual.
La manera en que narramos una historia a través de una composición fotográfica implica un discurso visual en sus diversas formas y niveles: el discurso textual que surge de lo que se observa, el discurso intratextual que se desarrolla dentro de la propia imagen, y el discurso de los discursos, como señala Verón (2002); las huellas mentales, la semiótica de la imagen, la retórica; junto con el contexto político, económico, social, cultural y tecnológico, los soportes, canales y formatos, todos son componentes que influyen en la narrativa de la fotografía. Un solo elemento, como el color, la vestimenta o el estilo de revelado, puede ser indicativo de una época, una influencia o un acontecimiento que ha impactado a la sociedad y ha dejado su huella en el trabajo del fotógrafo.
El acto de registro o el trabajo de campo se encuentran delimitados por el tiempo y las condiciones específicas, así como por los niveles artístico-comunicacionales y la función polisémica, que, aunque suena ambiguo, refleja la realidad de imágenes con múltiple funcionalidad, como ejemplifica el cine, que aborda de manera interdisciplinaria estas dimensiones. Además, estos factores pueden definir la cronología de un proyecto, pero no hay duda de que proyecto fotográfico adquiere un verdadero significado a través de la exposición a la luz, su materia prima.
Desde la alquimia fotográfica y la invención del material fotosensible, las locuras de los hermanos Lumiere hasta la fotografía digital, celebramos el encuentro entre ciencia, cultura, discurso e imagen.
Felicidades a todos los fotógrafos y camarógrafos en su día: 20 de febrero.