Hoy la evolución de la publicidad se manifiesta como un fenómeno dual, abarcando tanto los procesos tradicionales como los digitales. Desde la perspectiva tradicional, la publicidad impresa, la radio y la televisión mantienen su relevancia al dirigirse a audiencias más amplias y diversificadas. A través de estos canales, las marcas buscan aprovechar la familiaridad y credibilidad asociadas con medios establecidos, llegando así a sectores demográficos diversos. Sin embargo, la incorporación de estrategias digitales emerge como un componente esencial, evidenciando la transición hacia plataformas online en un entorno globalizado e interconectado.
En el ámbito digital, la publicidad se ha convertido en un catalizador clave para la visibilidad y éxito comercial. El surgimiento cada vez más especializado de redes sociales, motores de búsqueda y sitios web ha permitido una personalización sin precedentes en la orientación de audiencias. La capacidad de recopilar y analizar datos del comportamiento del usuario facilita la creación de campañas publicitarias altamente específicas y dirigidas. En este contexto, la publicidad digital se convierte en un vehículo estratégico para la construcción de marcas y la generación de interacciones más significativas con los consumidores.
Hoy ese necesario considerar los enfoques de comunicación tradicional y digital, es decir desarrollar estrategias integrales en relación a la naturaleza de la necesidad. La interconexión de ambos enfoques proporciona una presencia robusta, garantizando que las marcas lleguen a audiencias heterogéneas en distintos puntos de contacto. A medida que la tecnología continúa desempeñando un papel central en la sociedad, la adaptabilidad en la estrategia publicitaria, donde se integran eficientemente elementos tradicionales y digitales, se posiciona como un determinante fundamental para el éxito comercial en la actualidad.
La importancia de la publicidad en la sociedad trasciende lo económico y se manifiesta como un componente crucial en la configuración de la cultura y las percepciones colectivas. Desde la perspectiva de los negocios digitales y los sistemas de comunicación, la publicidad es el puente entre la oferta y la demanda de información, productos y servicios. Al actuar como un medio de difusión y construcción de significados, la publicidad influye en la conformación de tendencias, valores y aspiraciones compartidas.
En la era digital es más relevante, ya que los sistemas de comunicación actúan como facilitadores de la conexión instantánea y la difusión masiva de mensajes. La publicidad, en este contexto, se convierte en un agente potente que informa y persuade, y también contribuye a la construcción y evolución de la identidad cultural y social de una sociedad en constante transformación.
Desde la perspectiva económica y del emprendimiento, la publicidad desempeña un papel fundamental al hacer visible y evidenciar el crecimiento de los negocios. En un entorno altamente competitivo, la publicidad es la herramienta esencial para destacar, construir una marca sólida y captar la atención de los consumidores. Para los emprendedores, la capacidad de diseñar estrategias publicitarias efectivas es un factor determinante para el éxito.
En el aspecto económico, la publicidad genera demanda, fomenta la competencia y contribuye al dinamismo del mercado, estimulando la innovación y la eficiencia empresarial. En conjunto, la relación intrínseca entre lo económico y la publicidad alimenta un ciclo vital para el emprendimiento, donde la visibilidad generada se traduce en oportunidades comerciales, contribuyendo así al crecimiento económico y a la perpetua renovación del tejido socioeconómico y empresarial.
Redacción:
Msc. Carolina Hernández, docente de emprendimiento y comercialización.
Msc. David Ortiz, docente y coordinador de carrera.
Carrera de Publicidad, UTN.
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